Molinos de viento en Brooklyn

18,90€

«Cuando era pequeño pensaba que la nacionalidad de una persona determinaba su trabajo. Nosotros éramos españoles, y mi padre, mi abuelo y mis tíos se dedicaban al negocio de los puros.»

En esta gran novela olvidada, Prudencio de Pereda, autor estadounidense de origen español, discípulo de Hemingway, recrea en primera persona su infancia en Brooklyn, corazón de la pequeña colonia española en la ciudad de Nueva York, allá por los años veinte.

Dos son los personajes centrales que ejercen de maestros de vida del joven narrador: el Abuelo y Agapito. Ambos son teverianos, vendedores ambulantes de habanos, aunque muy distintos. El Abuelo, perfecto caballero de tintes quijotescos, enseña al muchacho lo que es la dignidad, mientras que Agapito, pícaro embaucador y teveriano de éxito, le transmite la poderosa alegría de vivir. Las correrías de este trío encantador junto a los demás personajes de la historia hablan de un pequeño mundo que ya no existe, ajeno por completo al sueño americano.

Traducido del inglés por Ignacio Gómez Calvo

Precio sin IVA: 18,17 €


PVP: 18,90 €


224 páginas

EAN: 978-84-16537-02-0 | IBIC: FA

 

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PEREDA

Prudencio de Pereda

(Nueva York, 1912-Sunbury, 1973) fue un destacado escritor estadounidense de origen español, nacido y crecido en la pequeña colonia española del distrito neoyorquino de Brooklyn. Tras graduarse en el City College de Nueva York, publicó su primer relato en 1936. Al estallar la guerra civil española colaboró con Hemingway en los documentales Spain in Flames y The Spanish Earth, tomando parte por la causa republicana. Pereda siguió escribiendo cuentos, que fueron premiados y publicados en revistas literarias de la época y en prestigiosas antologías como el O. Henry Memorial Award (1937).

Tras la segunda guerra mundial dio el salto a la novela: en 1948 publicó la aclamada All the Girls We Loved, que llegó a vender más de 500 000 ejemplares; le seguirían Fiesta (1953) y Molinos de viento en Brooklyn, su novela más autobiográfica.

Se retiró en Sunbury, Pennsylvania, donde murió en 1973. Escritor de bandera, cronista de un tiempo ya olvidado, Pereda sin duda merece ser traducido y celebrado en su lengua materna.

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